Con la inmediatez de cambios provocados por el Covid-19, planificar el futuro puede parecer imposible. Incluso las decisiones que solían ser más triviales como decidir “¿qué haremos este fin de semana?”, requieren de un análisis. Por esto, pensar nuestra vida de aquí a algunos meses puede parecer sin sentido.

Sin embargo, tenemos alternativas. La previsión estratégica es una herramienta poderosa que ayuda a mirar más allá de la situación actual, enfocarnos en lo que podría surgir, y a planificar cómo podemos prepararnos para ello.

Compartimos algunas estrategias para ponerse en acción.

1. 1. Aceptar la incertidumbre como norma. Si bien planificar es fundamental, no debe confiar en que tiene todo bajo control. Aceptar esta premisa, le permite contemplar una gama de escenarios posibles y prepararse.

2. Definir la prioridad. ¿Qué necesita garantizar primero? Este es el paso crucial si usted se encuentra con su trabajo o proyecto en peligro. Por ejemplo, ante la inestabilidad económica actual, sólo puede centrarse en lograr la estabilidad económica en los próximos meses.

3. Considerar qué futuro podría enfrentar. Desarrolle escenarios específicos para explorar el mundo futuro que se imagina. Evalúe sus herramientas actuales y analice cómo se adaptan con las tendencias actuales, nuevos modelos de negocio, las tecnologías o los nuevos trabajos que puedan surgir.

4. Identificar los resultados. Una vez que tenga sus escenarios, responda a estas preguntas: ¿Qué oportunidades podrían surgir? ¿Qué amenazas enfrentaría en cada uno de ellos? ¿Cuáles de sus fortalezas y debilidades destacan estos escenarios? ¿Qué nuevas preguntas surgen? Sea sistemático, respondiendo a cada pregunta para cada escenario.

5. Explicar cada escenario y examinar su validez. Todo lo que analice debe plasmarlo por escrito. Clasifique sus escenarios en tres categorías: los que son factibles y deben guiar sus planes; los que deben ser investigados profundamente; y los que son poco probable que se hagan realidad.

6. Revisar sus opciones, planes y decisiones. Comience a diseñar su plan de acción. ¿Qué hará cuando llegue a un futuro alternativo? ¿Qué habilidades o capacidades puede empezar a construir? ¿Qué pequeñas inversiones puede hacer hoy para no inventar soluciones cuando se encuentre en un mundo muy diferente al actual?

7. Supervisar y adaptarse. Cree un sistema para monitorear el avance de sus escenarios mediante el reconocimiento de señales. ¿Cuál de estos futuros está realmente sucediendo? Esto le permitirá adaptar su curso de acción tan pronto como sea posible, y buscar las mejores opciones.

8. Reconocer el viaje emocional. Comenzar a planificar sobre escenarios futuros puede ser incómodo para las emociones. Sin embargo, fortalecer su práctica de previsión estratégica, le permitirá estar más «apto para el futuro».

9. Acción. Ponga en práctica su plan sobre el futuro y tome decisiones y acciones reales. La planificación estratégica está ahí para permitirle tomar decisiones mejor informadas y reflexionar sobre el futuro de una manera orientada a la acción.

Por último, sea valiente. Ya conoce usted la frase “Crisis es oportunidad”. Considere todos los escenarios posibles, incluso aquellos que le generan temor y ármese de valor para avanzar.